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Salamanca, mezcla de cultura y ambiente joven

Vista de la Catedral Vieja desde la Clerecía

Vista de la Catedral Vieja desde la Clerecía

Salamanca, situada en Castilla y León, es una de las ciudades españolas con más riqueza cultural. No es demasiado grande, tiene apenas 155.000 habitantes, y es perfecta para pasar el fin de semana y disfrutar de su historia, su arquitectura y su gastronomía. Es una ciudad llena de ambiente a todas horas y de gente joven, porque allí se encuentran dos de las Universidades con más prestigio de España: la Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia.

Fachada de la Universidad de Salamanca

Fachada de la Universidad de Salamanca

La primera, fundada el 1218 por el Rey Alfonso IX de León, es la Universidad más antigua de España. Su edificio más emblemático es el de las Escuelas Mayores, en cuya fachada está la famosa Rana de Salamanca, que es la representación de una pequeña rana sobre una calavera, y ha llegado a convertirse en icono de la ciudad. Por otro lado, la Universidad Pontifica de Salamanca es una universidad católica privada que se fundó en 1940 porque los estudios de Teología y Derecho Canónico fueron excluidos de la Universidad de Salamanca.

Ayuntamiento de Salamanca, en la Plaza Mayor

Ayuntamiento de Salamanca, en la Plaza Mayor

Punto de partida

Creo que lo mejor para comenzar una visita por Salamanca es empezar en la Plaza Mayor, construida en el siglo XVIII con 88 arcos semicirculares. Se trata de un cuadrado que no es perfecto, y ninguna de sus fachadas mide lo mismo. Es una de ellas está el Ayuntamiento de Salamanca, donde se celebran una gran cantidad de bodas. En sus soportales hay muchos comercios, restaurantes y bares, con numerosos turistas en sus terrazas. Allí está también la Oficina de Turismo, donde te podrán ayudar a organizar tu visita por la ciudad.

La Casa de las Conchas

Casa de las Conchas

Casa de las Conchas

Es uno de los edificios más conocidos y visitados de Salamanca, famoso sobre todo por su original decoración exterior, con más de 300 conchas en su fachada. Es de estilo gótico y con elementos platerescos y mudéjares. Se empezó a construir alrededor del año 1493 por orden de don Rodrigo Maldonado de Talavera, rector de la Universidad de Salamanca y perteneciente a la Orden de Santiago. Actualmente alberga la Biblioteca Pública de Salamanca.

Las dos Catedrales de Salamanca

En la ciudad hay dos catedrales: la Vieja y la Nueva. La Catedral Vieja de Santa María empezó a construirse a principios del siglo XII y es de estilo románico y gótico. Posee varias capillas, una gran cantidad de figuras labradas y destaca por su majestuosidad, aunque lo más conocido es su cúpula, llamada la Torre del Gallo por la veleta en forma de gallo que hay en su exterior, que se supone simboliza la vigilancia del alma y la llegada de Cristo.  Está muy bien conservada y la entrada es gratuita.

Fachada de la Catedral Nueva

Fachada de la Catedral Nueva

Por otro lado está la Catedral Nueva de la Asunción de la Virgen, que está adosada a la Vieja, aunque no es tan nueva puesto que fue construida entre 1513 y 1733. Sorprende por su magnitud y la luminosidad en su interior, y su decoración es más bien escasa para ser una catedral –excepto la Capilla Dorada-. Por fuera, merece la pena ver su fachada desde la Plaza de Anaya, con una recargadísima decoración gótica.

Pero Salamanca tiene mucho más que ver, como el Convento de San Esteban, el famoso Puente Romano, el Palacio de Monterrey, el Convento de las Dueñas… Además, no te puedes ir de allí sin comer el típico hornazo salmantino, una especie de empanada que contiene jamón, chorizo y lomo. Es un poco intenso y llena, ¡pero está riquísimo! Así que no os lo penséis y escaparos a Salamanca a disfrutar de este paraíso cultural que tenemos en España, de verdad que merece la pena.

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Sol, Plaza Mayor y Mercado de San Miguel: el Madrid más castizo

Plaza Mayor de Madrid

Plaza Mayor de Madrid

Siempre que pienso en Madrid se me vienen a la cabeza palabras como tráfico, atascos, ruido, contaminación, bullicio… sin embargo, me encanta Madrid. Tiene algo que lo hace especial, ¿será su gente? ¿Será su ambiente? ¿Será su mezcla de estilos clásicos y modernos? No estoy segura. Lo que es cierto es que me agobia la ciudad, pero la echo de menos cuando estoy lejos.

La capital de España tiene alrededor de 3,3 millones de habitantes, y la zona centro, donde he vivido mi última aventura, cuenta con 150.000 personas, concentradas en apenas 5,2 km2. Es la parte más antigua de Madrid y la zona más turística de la ciudad.

La mejor forma de llegar es, sin duda, en metro. Al bajar en la estación de Sol –rebautizada recientemente como Sol Galaxy Note-, nos encontramos directamente en la Puerta del Sol, Kilómetro Cero y epicentro de todas las carreteras españolas, desde donde se emiten las famosas campanadas cada 31 de diciembre para comenzar el Nuevo Año.

La Plaza Mayor, concentración de turistas

A pocos metros está uno de mis lugares preferidos de Madrid: la Plaza Mayor. Tiene nueve entradas, la más famosa es el Arco de Cuchilleros, y sus múltiples terrazas –con precios desorbitados, todo hay que decirlo -siempre están llenas de turistas felices con su sangría y sus tapas. De sus cuatro fachadas, mi favorita es la Casa de la Panadería –situada al norte- por sus colores, originalidad y por ser un símbolo del Madrid más castizo.

Pero sin duda, la mejor época para ir a la Plaza Mayor es en diciembre, donde se instala cada año un mercado navideño  –tradición desde 1860- en el que se encuentra todo lo que te puedas imaginar: árboles de Navidad tanto reales como artificiales, adornos de la época, Reyes Magos, Papá Noel… y por supuesto artículos de broma y disfraces. Mezcla de antigüedad y diversión, ¡la Plaza Mayor lo tiene todo!

Mercado de San Miguel… ¡viva las tapas!

Una de mis mejores amigas me habló de este sitio hace unos años y me ha gustado tanto que es una de mis paradas obligadas cada vez que voy a Madrid. Es el Mercado de San Miguel y está al lado de la Plaza Mayor. Desde mediados de 1800 ha sido un mercado de alimentos y, tras pasar por diversas remodelaciones, en el año 2009 se reinauguró como un lugar gastronómico, aunque mantiene su estructura de hierro y ese toque de mercado tradicional. Ahora se sirven tapas de calidad y se pueden degustar delicias de la cocina española como tortilla de patatas, jamón ibérico, marisco fresco, sangría, vinos… Todo de primerísima calidad, aunque precios altos, como cabe esperar.

Si vienes a Madrid es casi obligatorio que visites estos lugares, donde vas a encontrar buen ambiente, internacionalidad, diversión y cultura. Piérdete por sus callejuelas, disfruta de su gastronomía y déjate llevar por sus tradiciones y su belleza. No te va a decepcionar.

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