Santiago de Compostela

Santiago de Compostela, la ciudad del peregrino

Catedral de Santiago, en la Plaza del Obradoiro

Catedral de Santiago, en la Plaza del Obradoiro

Tan sólo pasé unas horas en Santiago de Compostela, pero fueron suficientes para sentirme atraída por esta maravillosa ciudad gallega. Tiene ambiente, mucha cultura, buena gastronomía y todo a un precio muy asequible.

Santiago de Compostela está en la provincia de La Coruña, Galicia, al noroeste de España. La ciudad, con algo más de 95.000 habitantes, recibe cada año a un grandísimo número de turistas. Pero la ciudad es conocida, sobre todo, por ser el lugar donde finaliza el famoso Camino de Santiago. Hay muchas rutas de peregrinación, pero todas ellas finalizan en la Catedral de Santiago, donde se dice que está enterrado el Apóstol Santiago el Mayor.

Plaza de la Quintana -Quintana de Mortos-

Plaza de la Quintana -Quintana de Mortos-

La Catedral de Santiago, situada en la Plaza del Obradoiro, es una maravilla de la arquitectura y el mayor tesoro de la ciudad. Se empezó a construir en torno al año 1075 y es de estilo barroco, romántico y gótico. Su fachada es impresionante, pero su interior es igual de espectacular, en el que se encuentra uno de sus símbolos más conocidos, el Botafumeiro, un gran incensario que cuelga de la Catedral, y que se pone en funcionamiento tan sólo en 12 ocasiones al año. Pero cuando el Botafumeiro no está en marcha, lo que vemos los turistas es una reliquia un poco más pequeña a la que llaman “La Alcachofa”.

En la parte trasera de la Catedral, situada en la Plaza de la Quintana, es donde se encuentra la famosa Puerta Santa, que se abre en la víspera del Año Santo Jacobeo (el año el que el 25 de julio –Festividad de Santiago- cae en domingo). Esta plaza resulta muy sobria tras haber visto la grandeza de la Catedral, pero es perfecta para hacer una parada. Está dividida en dos partes, una arriba –Quintana de Vivos– y otra abajo –Quintana de Mortos-, separadas por una escalinata de piedra que siempre se llena de peregrinos y turistas.

La deliciosa cocina gallega y compostelana

Rua do Franco, zona de restaurantes

Rua do Franco, zona de restaurantes

Pero tras ver la Catedral, lo mejor de Santiago –para mí- es degustar su sabrosa gastronomía. La parte más concurrida para comer es la zona de Franco, donde se concentran numerosos restaurantes. La calidad de los productos del mar de todo Galicia es insuperable, sobre todo vieiras, pulpo a la gallega, ostras, percebes, centollos… Y todo ello fresco, recién sacado del mar, y a unos precios muy razonables. Tampoco puedes perderte la empanada gallega; hay numerosas versiones, pero mi preferida es la de zamburiñas o la de pulpo. De postre lo más típico es la Tarta de Santiago, hecha con almendras, un poco empalagosa pero riquísima. Y para beber, el vino más popular es el Albariño, aunque yo prefiero el Ribeiro, que es más ligero y se bebe en tazones en vez de en copas.

Santiago de Compostela es una ciudad que te seduce, tanto por su riqueza cultural como por su gastronomía. Si no llueve, os recomiendo que os sentéis un rato en la Plaza del Obradoiro, contemplando la fachada de la Catedral y la aparición de los peregrinos, que llegan emocionados, gritando y saltando de alegría a su destino tras el duro Camino de Santiago. Esta ciudad es una visita obligatoria para cualquier amante del turismo. No sé cómo no fui antes.

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